Sin dramatismos: Dos equipos que parecían destinados a jugarse la salvación en la última jornada, y sin embargo llegaban con todo resuelto. Esto puso el alivio por delante y permitió a los dos equipos jugar sin lamentarse por las bajas. Sin preocupaciones a las que atender, llegaron incluso a desatarse y gustarse, y regalar un buen partido justo en su despedida de la temporada.

Rob Kurz, enésima exhibición interior: 18 puntos y 9 rebotes, 22 de valoración. Casi todo el partido en pista, supo vérselas con Triguero y liársela a Balvin. Verlo postear era ver la canasta. Terminó de dejar claro dónde ha estado uno de los principales lastres del Cajasol, aún con la mejora de su capitán, esta vez fuera de juego por algunos problemas físicos. Probado su talento, se suma a la lista de hombres altos que han saldado sus duelos con espectáculo cada partido de Eurocup y Liga Endesa.

La amarga despedida de Tepic: Que valga como última imagen de un Cajasol muy gris en todo lo que fuera más allá de esa espina dorsal que se pretende en la cantera. Dos años de sombras, sin compromiso, sin rendimiento, nada. Salió abucheado, y hasta más de uno pensaría que con sus 13 minutos podía haberse forjado un poco más Radicevic en vez de esperar en el banquillo. Aíto confirmaría el suspenso de los americanos en la planificación inicial y la necesidad de mantener la coherencia del proyecto. Esto quiere decir que todo aquello que vaya más allá de la cantera debe quedarse fuera. Como Tepic.