El ambiente local, reflejo de una gestión: Tal vez, el peor de los resultados. Poca entrada para disfrutar de un equipo visitante con la talla del Uxue Bilbao Basket, y ante todo resignada, apagada hasta para protestar. Resultado directo de la planificación inicial y marcha del Cajasol, pidió dimisiones a ratos de la directiva y del director deportivo, Llaneza. Una pérdida difícil de recuperar de cara a próximas temporadas como es la del aficionado.

Pilepic se bastó con el tercer cuarto: Otra vez, despertó y condenó. Metió cuanto se propuso (4/4 en tiros de dos y 3/3 en triples) para endosarle al Cajasol 15 puntos de peso, los mismos que todo el equipo local en el parcial (15-27). Fotis Katsikaris se sonreiría en rueda de prensa al ser preguntado por el croata para reafirmar su especial talento. Justo en ese momento cedían los de Aíto, volvían a ese bloqueo capaz de marcar la personalidad de un equipo durante toda una temporada. Decidió el partido en el momento justo.

El quinteto final del Cajasol: Lo dice todo. Con el partido decidido y el equipo local sin toallas que arrojar (¿cómo estarían los locales para que Bogdanovic escapara con 9 capturas como máximo reboteador de su equipo?) puso en pista a Blakney con toda una declaración de intenciones: Burjanadze, Sastre, Balvin y Porzingis, este último por fin con minutos para dejar algunos destellos y sus 7 puntos y 2 rebotes de promesa que apunta alto. En rueda de prensa se refiriría a la filosofía del club como objetivo a mantener y algunos casos particulares por los que seguir apostando, como los que mantuvo en la pista. De Asbury o Tepic, ni una palabra. Todo dicho.